jueves, 6 de septiembre de 2012

Un sabio se puso en frente de un público y contó un chiste. Todo el mundo se empezó a reír. Después de un momento, contó el mismo chiste pero esta vez menos gente se reía. Contó el mismo chiste una y otra vez, pero ya nadie se reía. Entonces él sonrió y dijo: No puedes reírte de la misma broma una y otra vez, pero 

¿por qué sigues llorando por lo mismo una y otra vez?


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